COVID-19, ANTES, DURANTE Y DESPUÉS, LA VIDA DE UN DETECTIVE PRIVADO.
Las personas que habéis llegado a esta publicación, será porque os estáis planteando realizar alguna consulta o directamente estéis decididos a la contratación de un detective privado.
Este post está escrito durante los días de la cuarentena que mantenemos en España en el final del invierno del 2020 y las primeras semanas de la primavera.
Si, las primeras semanas, aunque hoy es 20 de marzo la cuarentena física se va a prolongar más de lo que esperábamos inicialmente y a día de hoy no le vemos salida o mejor dicho fin a esta situación digamos «eventual».
El COVID-19 ha sido, está siendo, como esas tormentas de verano que se ven a lo lejos y resulta que ese día has quedado con los amigos para hacer una barbacoa y disfrutar de una tarde de risas y buena compañía. La nube negra se ve a lo lejos, el sol pica, las moscas están muy pesadas, pero piensas que no llegará a llover. Poco a poco, minuto a minuto la nube negra cada vez se hace más grande o se acerca más, no lo sabes distinguir muy bien, la tarde está animada, el fuego sigue vivo y todavía no ha dejado los rescoldos y brasas para poner las viandas a asar. Varios de los amigos ya han hecho sus bromas y comentarios pertinentes sobre la nube y sus posibles efectos.
Cuanto más se ennegrece la nube, los comentarios en tono de broma van dejando paso a las posibles alternativas, sólo se comentan, no se estudian, ni se prevén acciones rápidas, la comida sigue esperando su turno para ser asada, los acompañamientos están siendo dispuestos en sus platos, cuencos y bandejas, las bebidas se consumen a demanda, las charlas son animadas, distraídas, alguna conversación más seria o de trabajo y la atención a la nube se mantiene, pero la cosa está controlada, está lejos y pensamos que estamos preparados para salir corriendo si ocurre lo peor, pero, ¿cómo se nos va a fastidiar una tarde tan bonita y entre amigos?, eso no nos puede pasar a nosotros.
En el momento en el que las primeras piezas asadas están saliendo de la parrilla, de repente, el sol parece desaparecer, se levanta un molesto aire a ráfagas que hace que se levanten ascuas de la parrilla, vasos de plástico al suelo, hules de mesa se levantan llevando al suelo algún plato con comida y lo que todo temíamos, el primer relámpago y su trueno en la distancia, bastante lejos, bien, todavía tenemos tiempo.
Decidimos que lo mejor es empezar a merendar para que no se enfríe la comida, mientras mantenemos un ojo en la nube negra que ahora es más gris, algunas personas se han puesto una chaqueta o jersey pero ahí seguimos.
Al tiempo de sacar la segunda tanda de comida ocurre lo que tenía que pasar, una primera gota, acompaña un rayo que nos estremece y a continuación el sonido del trueno, tan cercano, tan atronador que nos estremecemos todos, al momento otro rayo, otro trueno, más lluvia y más lluvia sin tregua, la tromba de agua es impresionante.
Nosotros intentamos recoger y recuperar el máximo de la comida, las bebidas, las bolsas, las sillas, las mesas, al tiempo que empezamos a estar empapados.
En cuestión de minutos la fantástica tarde de verano se convirtió en una desaforada huida, un sálvese quien pueda.
La lectura de lo que acabo de narrar es la estupidez humana llevada al campo de lo cotidiano, cualquier lector en la misma situación y antes de llegar al final de la narración ha pensado o imaginado el final de la historia, pues eso es lo que está ocurriendo con el COVID-19, se ha visto venir, pero estaba muy lejos, nosotros a lo nuestro, se ha visto como se acercaba, pero nosotros a lo nuestro y pensando que no nos iba a pasar lo mismo que a los chinos o a los coreanos.
En la siguiente ocasión que os encontréis en una reunión de amigos para hacer una barbacoa o lo que sea y veais a lo lejos una nube negra acercándose, por lo menos, tened un plan de escape preparado, junto con un paraguas, un sitio para guarecerse y una forma de escapar hacia casa.
M12 detectives privados, su agencia de detectives. Discreción y profesionalidad.
